28.7.11

CÁRCEL ALBINA

Volteé, vi un camino destrozado, cuerpos agonizando, un sonido de fondo lo suficientemente familiar como para detenerme a observar el panorama.

No obstante, traté de contemplar esos detalles moribundos que dejaste cuando pasaste cerca de mí.

Reanudé sueños perdidos que alguna vez fueron nuestros y convertí el pasado en relatos repletos de desprecio hacia mi misma, tratando de comprender el comportamiento de mis alas negras sin el reflejo de la plenitud; que resultó, extraviada. Una figuración bastante absurda para el mundo moderno, pero que la gente aun cree posible de ver.

No puede explicarse el momento exacto del sentimiento morboso, aunque con imaginación puede relatarse de la manera más sencilla, para que puedas anhelar las caricias que alguien olvidó darte en una situación la cual yo vivo ahora. Comparto el naufragio de mi propia sangre, nadando en la corriente rojiza. Por más de querer obviar el maltrato hacia mi propia alma no encuentro razón para no hacerlo.

Ésta vez no me muevo, estoy postrada, estoy exhausta de buscar lo que nunca encontraré, ni de tu parte, ni la de nadie. Recuperé el aliento por respirar aire puro, aunque completamente vacío de ternura.

Me siento una estúpida, aunque es culpa mía, los intentos fallidos de ser feliz; creyendo en poder avanzar estando siempre padeciendo cuestiones ajenas que se alimentaron de mí. Y ahora nadie está conmigo… todo esto no es mas que una muerte terrenal que se apodera de mi vista. Me muestra las características negativas de la manera más cruda y real, por más que no lo sea.

Me encuentro con mis brazos atados para no modificar nada de lo que veo… derrepente haciendo hincapié en el tema del amor, el que te compete, basura... todo lo imaginado recién se desvanece, se vuelve blanco sobre cuatro paredes y mi pelo se revuelve por el viento inexistente de la habitación.



“Volvámonos locos, pero locos razonables, locos sabios.” (Un Instante En El Abismo)




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