29.7.11

UNA LÁGRIMA

Me avergüenzo de contar tan sencilla y sutil tristeza. La figuración de un alma solitaria: una lágrima; una caricia de brea transparente, un reflejo de impotencia acarreando bronca insoportable, la prolongación de un deseo no consolidado, el rompimiento de una palabra avasallada por engaños, símbolo despiadado de ese algo que nos conmueve.

Sería quizás una razón fraudulenta, un disparo a la libertad, una crónica que no fue contada como tal, un suspiro en medio de la tormenta, un fino hilo conductor de amarguras baratas. Un inútil mecanismo de culpabilidad.

Tanto para descifrar y un solo gesto que no alcanza para desahogar el trazo imperfecto que hemos sujeto a un motivo personal.

Una vez alguien dijo: “una lágrima recorre mi mejilla”, Pues la mía huye, huye del escándalo interno que sostengo en mi sangre. ¿Cómo concluirán éstos sentimientos tan profundos que intentan desahogarse expulsando una ilusión?...

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